«Creo que el mayor destructor de la paz hoy es el aborto. Porque Jesús dijo: "Si recibís a los más pequeños, me recibís a mí". Así que todo aborto es un rechazo a recibir a Jesús, es el desprecio de recibir a Jesús. Realmente es una guerra contra los niños matar directamente a un niño inocente, asesinado por su propia madre».

«Si aceptamos que una madre puede asesinar a su propio hijo, ¿cómo podemos decirle a los demás que no se maten unos a otros? ¿Cómo podemos convencer a una mujer de no tener un aborto? Como en todo, debemos persuadirla con amor y recordemos que amar significa dar hasta que duela. Jesús dio hasta su vida por amarnos. Así que la madre que esté pensando en abortar, debe ser ayudada a amar, o sea, a dar hasta que le duelan sus planes, o su tiempo libre, para que respete la vida de su hijo. Porque el niño es el mayor regalo de Dios a la familia, porque ha sido creado para amar y ser amado».

«En cuanto al padre del niño, debe dar también hasta que le duela. Con el aborto, la madre no aprende a amar, sino a matar hasta su propio hijo para resolver sus problemas. Y con el aborto, al padre se le dice que no tiene que tener responsabilidad alguna por el niño que ha traído a la vida, y se le induce a poner a otras mujeres en la misma circunstancia. Por lo tanto el aborto solo lleva a más abortos. Un país que acepta el aborto, no le enseña a su gente a amar, sino a utilizar violencia para conseguir lo que quieran. Es por esto que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto».

«El mayor regalo que Dios le ha dado a nuestra congregación es luchar contra el aborto mediante la adopción. Ya hemos dado, sólo en nuestro hogar en Calcuta, más de tres mil niños en adopción. Y puedo decirles cuánta alegría, cuánto amor y cuánta paz han llevado estos niños a esas familias. Ha sido un verdadero regalo de Dios para ellos y para nosotros».

«Recuerdo que uno de los pequeños estaba muy enfermo, así que les pedí a los padres que me lo devolvieran y que les daría uno sano. Pero el padre me miró y me dijo: "Madre Teresa, llévese mi vida antes que el niño". Es hermoso ver cuánto amor, cuánta alegría ha llevado ese niño a esa familia».

«Recen por nosotros para que podamos seguir con este hermoso regalo. Y también les hago una propuesta: nuestras hermanas están aquí, si alguno no quiere un hijo, dénmelo, yo sí lo quiero».